Durante diez años su fusil fue su única defensa. Y lo entregó para cumplir con lo acordado en el proceso de paz. Mejor, lo cambió por la crianza de su hijo que nombró Johan Manuel. Así pasa las horas en la zona veredal de La Elvira, la misma región donde combatió bajo el mando del comandante Alfonso Cano y luego de Pablo Catatumbo. Acompañó desde allí los cuatros años de negociación en la Habana, en la que creyó.
Espera días mejores para ella y su bebé: