Lo que pasó ese día no es el fin de la guerra, ni la llegada de sopetón de la paz como si estuvieramos en un cuento de hadas. Lo del pasado jueves es tan solo parte del inicio de un nuevo proceso que requiere de un largo aliento de todos y cada uno de los colombianos, un aliento que no se va a consolidar ni en un día, ni en un año, ni en 5. Es algo que va a requerir de esfuerzos y de sacrificios.
Entre los abogados hay una frase muy común (los que somos conciliadores) que dice: "Es mejor un mal arreglo que un buen pleito"
Esto básicamente refiere a que se tiene la opción de dar por terminada una confrontación mediante alguno de los mecanismos alternativos de solución de conflictos (conciliación, arbitraje, etc) en donde se llegan a acuerdos que beneficien a las partes haciendo ciertas concesiones que en últimas no menoscaban gravemente el derecho principal perseguido, o en su defecto iniciar un proceso judicial cuya duración puede ser incierta y que puede resultar incluso más desgastante y oneroso.
Creo que esa frase resume lo que para muchos puede resultar este proceso de paz. Hemos tenido un "MUY BUEN PLEITO" entre los "Colombianos de Bien" (entiéndase por esto a los que no hacemos guerra armada) y los grupos alzados en armas (que para el caso que nos concierne en este momento son las FARC) por más de medio siglo, lo que ha generado unos costos altísimos representados en vidas de personas inocentes o no (todo depende del bando de donde se mire), infraestructura, desplazamientos y obviamente económico (recuerden el impuesto a la guerra creado en el 2003), el cual algunos sectores o personas se empeñan en continuar a costa de lo mismo. Y lo peor, sin ser ellos los que han puesto los muertos, nos acostumbramos a vivir en medio de las noticias de bombardeos, ataques, voladuras, masacres y el resto de cosas que ha perpetrado "esa gente" que no le damos la importancia a lo que podría ser el tener un problema menos de que ocuparnos.
Este no es el fin de la guerra, no es el inicio de la paz en Colombia, pero sí es el inicio del fin de UNO DE LOS TANTOS conflictos que vivimos en nuestra patria. Igual ahí quedan el ELN, las BACRIM, los URABEÑOS y de ahí para abajo el resto de organizaciones al margen de la ley, de los cuales habrá que seguir ocupándose.
Hay un tuit que anda circulando de un señor Ernesto Macias Tovar que ironiza la muerte de Pablo Escobar con el fin del narcotráfico; a mi juicio eso no es mas que el reflejo de la forma que tienen ciertas personas de ver las cosas, como los caballos zorreros, solo mirando un punto fijo. Si bien con la muerte de Pablo Escobar no se acabó el narcotráfico porque él no era el único narcotraficante que teníamos, habían muchísimos más paralelamente y en cola. Pero el país sí disminuyó en gran cantidad su zozobra ante actos terroristas como el secuestro del avión de Avianca, el atentado con carros bomba como el del DAS, el magnicidio del ministro Lara Bonilla, el asesinato de 657 policías en un solo año, así como la perpetración de asesinatos selectivos de jueces, magistrados y funcionarios públicos, en efecto no se acabó el narcotráfico pero un mal menos de quien ocuparse.
Bajo esa misma perspectiva podríamos decir "Me acuerdo del día en que se firmó la desmovilización de las autodefensas y se acabaron las masacres y las torturas" o tal vez haciendo un símil más acorde a las partes que hoy convergen decir "Me acuerdo del día en que se desmovilizó el M-19 y se acabó la guerra". Qué afirmación más limitada la de ese pobre hombre, seguramente no recuerda cuánto flagelo vivieron muchas poblaciones a manos del M-19 en esa época y cómo la vida les cambió después de su desmovilización y dejación de armas, una desmovilización que también conllevó una ley de amnistía para los guerrilleros desmovilizados y que también les permitió de manera posterior erigirse como partido político y una alternativa frente a los tradicionales partidos liberal y conservador. Creo que de eso no se acuerda el señor Ernesto Macias ni tampoco quienes acogen el tuit, pero bueno, cada cual decide o escoge que recordar.
De mi parte, yo sí prefiero en este caso un mal arreglo, que de cierta manera cambie en algo el panorama de las noticias que tengo que ver a diario, así como el de la realidad que deberá afrontar mi hija. No sé si va a durar o si será efectivo, pero por lo menos este intento ha logrado llegar mas allá de lo que han llegado los anteriores. "Amanecerá y veremos" dicen los incrédulos, yo de verdad tengo la esperanza y la ilusión de amanecer y VER.