Son millones los niños de Colombia y casi todos los presos del país los que se alimentan con las raciones que produce Noel Rodríguez en la fábrica de comida que tiene en Palmira en torno al grupo NRC Quick Tasty , que nació de la sazón de su restaurante La olla Del Tolima hace cuarenta años.
En la mesa y gracias a sus dotes de anfitrión conoció a personas que después ocuparían cargos con poder como Gustavo Álvarez Gardeazabal y Angelino Garzón, pero también a políticos de todos los partidos que hacían una pausa en su restaurante durante sus correrías electorales por el Valle del Cauca, la tierra donde consolidó su emporio produciendo comida.
La mayoría de presos del país también sobreviven en las cárceles por cuenta de las raciones alimenticias que le suministra Noel Rodríguez, quien además y para demostrar que también sabe de buena mesa y hacer explícita su cercanía con los círculos de poder inauguró el lujoso restaurante Mansión Del Rio en la ribera del rio Cali.
Noel Rodríguez invita a manteles y es anfitrión de eventos en esta valiosa casa patrimonial en cuya restauración invirtió cerca de un millón de dólares y donde atiende a políticos, funcionarios públicos y amigos de negocios. Con la inauguración del restaurante en septiembre de 2013, ambientada por la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Rodríguez, parecía haber consolidado un emporio producto de un entramado de cooperativas y empresas proveedoras contratadas por alcaldes, gobernadores y gobierno nacional para suministrarles los alimentos a los niños en los comedores escolares, a las madres lactantes en los hospitales públicos y a los presos en las cárceles.
En la Costa Atlántica sus raciones, a través de contratos con el ICBF y el Ministerio de Educación, le llegan a más de 9 mil niños de los departamentos de Córdoba, Bolívar, Sucre, Atlántico y Magdalena y a más de 6 mil en el Cauca, Nariño Putumayo, así como a 4 mil el Caldas, Caquetá, Choco, Huila, Risaralda y Antioquia. Tiene la misma cobertura con contratos para las madres gestantes en los hospitales públicos de Buga, Palmira, Tuluá y Cali y son las cooperativas de Noel Rodríguez las contratadas por el Instituto Nacional Penitenciario para el alimento en buena parte de las cárceles del país.
Su momento de gloria en el Valle del Cauca fue en la gobernación de su amigo Angelino Garzón, donde consolidó su poder regional y comenzó a proyectarse a nivel nacional durante su vicepresidencia en el primer gobierno Santos.
Fue a mediados del 2015 cuando la suerte de dejó de sonreírle a Rodríguez. Recién ocupada la Secretaría de lucha contra la corrupción, adscrita a la Presidencia por Camilo Enciso, quien llegó con el respaldo del exministro Sergio Díaz Granados, empezaron las investigaciones contra Rodríguez. Enciso decidió acoger denuncias de ciudadanos que allegaron pruebas a su despacho en Casa de Nariño sobre posibles irregularidades en las contrataciones para suministrar alimentos subsidiados por el gobierno en los comedores escolares de niños a través de una red de cooperativas entramadas complejamente.
A pesar del impacto negativo que podría tener para el gobierno la investigación, el zar anticorrupción siguió adelante previa autorización del Presidente Santos quien respaldó su trabajo públicamente a través de un mensaje en Twitter el día que los resultados de la investigación preliminar se hicieron públicos. Enciso había encontrado varías irregularidades en sus movidas empresariales con el Estado.
Noel Rodríguez construyó un relato en torno a su vida que quiso inmortalizar con una publicación editorializar. Patrocinó en el 2013 un libro firmado por el periodista Carlos Gustavo Álvarez y prologado por Gustavo Álvarez Gardeazabal, con quien compartía el gusto por la buena mesa en su finca Porce en Tulúa, titulado ´´La impresionante historia de Noel Rodríguez´´. Un panegírico de su vida, que Enciso estaba dispuesto a desvirtuar a través de su investigación cuyas pruebas remitió a la Fiscalía y que contó con el apoyo de la Superintendencia Solidaria que fue más lejos aún y ordenó la intervención de sus cooperativas. Una acción judicial complicada para su operación empresarial.
Según el zar anticorrupción, Noel Rodríguez estaría detrás de una telaraña de empresas y cooperativas que habrían falseado sus estados contables y violado el régimen de contratación. El centro de las operaciones de Noel Rodríguez era la cooperativa Abasticop, en la cual figura como socio y uno de sus principales asesores. Esta cooperativa habría presentado estados financieros falsos, con un activo por más de $18 mil millones, mientras en sus cuentas reales no tenían ni $100 millones. La información contable de Abasticop, habría sido utilizada para obtener contratos con el Ministerio de Educación y con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF, entre otras entidades del Estado.
Para la Presidencia, Noel Rodríguez es quien está detrás de varias de las cooperativas o uniones temporales investigadas. Una red entre las que además de Abasticop, se encuentran las firmas: Cooperativa Abastico De Colombia, La Unión Temporal Mana, La Unión Temporal Alianza Para el Progreso. Además, Rodríguez, aparece directamente como cabeza del potente grupo NRC, firmas con las cuales factura más de $300 mil millones al año, además de las rentas derivadas de sus negocios inmobiliarios y de caña de azúcar.
Entre los convenios en la mira, en todo el universo de contratación de Noel Rodríguez con el Estado, sobresalen estos que se firmaron entre 2010 y 2015 con la gobernación de Antioquia de Sergio Fajardo, y con la alcaldía de Tuluá.
El 10 de febrero de 2010 la Unión Temporal Alianza Para el Progreso contrató con la gobernación de Antioquia de gobernador Sergio Fajardo, $39 mil millones para atender la alimentación de los estudiantes de primaria de 1187 municipios de Antioquia.
Tamnién se investiga el contrato firmado el 18 de febrero del 2011 entre la gobernación de Antioquia y la Unión Temporal Alianza para el Progreso, por valor de $12.315 millones con el fin de ´´atender la alimentación de estudiantes menores de 14 años en las escuelas del departamento, incluidas las poblaciones indígenas y desplazadas de 117 municipios de Antioquia.
El 03 de Febrero de 2014 la Cooperativa Abastico de Colombia firmó un contrato con la Alcaldía de Tuluá por valor de $1.805 millones para ejecutar el programa de alimentación escolar PAE.
El 23 de febrero de 2015 la Unión Temporal MANA firmó un contrato por $12 mil millones con la gobernación con el fin de ´´Suministrar víveres para la preparación de raciones alimentarias del Programa de Alimentación Escolar-PAE en Antioquia´´
Estos son solo algunos de los contratos que está en la mira de la oficina de lucha contra la corrupción y un delgado hilo que Enciso ha empezado a halar cuyas consecuencias pueden terminar desbaratando un emporio presentado como un esfuerzo ejemplarizante que le ha proporcionado gratos momentos con múltiples compañías en su animada Mansión del rio en Cali.