Un emprendedor es aquella persona que identifica una oportunidad de negocio ya partir de una idea innovadora crea una propuesta de valor exclusiva para sus clientes, poniendo en marcha su proyecto y asumiendo los riesgos que esto implica. El emprendimiento es considerado un vehículo importante para el avance social y económico de cualquier país; pero, también para el desarrollo personal y el mejoramiento de la calidad de vida de la persona emprendedora y su círculo familiar.
La literatura reseña que se emprende por oportunidad, cuando se identifica una necesidad o problema en el contexto y se concibe una manera de solucionarlo de manera efectiva, o por subsistencia, que surge de la presión por generar ingresos para la supervivencia. Valga mencionar que estas dos motivaciones no son excluyentes.
Sin embargo, según Calderón et al. (2015), los emprendimientos por oportunidad tienen más probabilidades de crecimiento, porque generalmente cuentan con inversión, procesos de innovación y visión a largo plazo, mientras que los emprendimientos por subsistencia suelen tener un enfoque a corto plazo por el contexto socioeconómico del emprendedor y presentan menores niveles de innovación y formalización. Valga mencionar que estos últimos, con frecuencia son una alternativa para el sostenimiento de personas que pertenecen a comunidades históricamente marginalizadas, como aquellas con pertenencia étnico racial, mujeres jóvenes y población rural.
Ahora, quiero poner de presente una anécdota. En algún momento, escuché en Caracol Televisión una entrevista que le hicieron al creador de Netflix- Reed Hastings - en la que el periodista le preguntó: ¿Usted se considera un genio?, y él respondió: No. Si hubiera sido genio no me hubiera tomado veinte años desarrollar Netflix. Un genio lo hubiera hecho en menos tiempo.
Esto me llevó a cuestionarme, ¿existen en nuestro contexto condiciones y oportunidades suficientes que permitan a las personas dedicar veinte años a perfeccionar una idea de negocio?
De otro lado, es importante mencionar que en Colombia existen brechas de inequidad significativas que afectan de manera desproporcionada a las personas que pertenecen a estas comunidades y que optan por el emprendimiento como una alternativa para superar las inequidades. Por ejemplo, en el ámbito de acceso al mercado laboral de personas afrodescendientesen Colombia, destaco las siguientes cifras de la CEPAL (2020)[1]:
- Mientras el porcentaje de jóvenes (20 a 24 años) no afrodescendientes ocupados con educación secundaria completa es del 75%, en el caso de los jóvenes afrodescendientes el porcentaje de ocupación es menor, alcanzando un 66% a pesar de contar con el mismo nivel de formación.
- En el caso de la población afrodescendiente, mientras que el porcentaje de mujeres que trabajan es del 47%, la ocupación de los hombres afrodescendientes es del 74%.
- La tasa de desempleo en las mujeres jóvenes no afrodescendientes es del 16%, mientras que en las mujeres jóvenes afrodescendientes (15 a 29 años) el desempleo llega al 28%, uno de los más altos en América Latina.
- El porcentaje de mujeres jóvenes (15 a 29 años) afrodescendientes que no tiene la posibilidad de acceder a oportunidades ni de trabajo ni de estudio, limitando su futuro es del 41%, mucho mayor que el de los hombres jóvenes afrodescendientes (22%) e incluso que sus pares mujeres no afrodescendientes (33%).
Por otra parte, el solo acto de emprender con una idea de negocio ya implica tener que afrontar grandes desafíos y riesgos. Sin embargo, estos se acentúan y son más difíciles de superar cuando no existen condiciones favorables que propicien un entorno para el desarrollo empresarial como, por ejemplo, tener las necesidades básicas satisfechas: alimentación, agua potable, energía, etc.
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Debido a esto, la generación de empresa y riqueza con frecuencia está asociada a personas que cuentan con garantía de derechos y acceso a capitales. Por ejemplo, “desde el 2020, el 1% más rico de la población acumula el 63% de la nueva riqueza generada, mientras que el 99% solo obtuvo el 37%”. Oxfam (2023) (2).
Llama la atención que el emprendimiento en Colombia se acrecentó de manera acelerada luego de un año de pandemia, ya que algunas personas durante ese periodo identificaron una posibilidad de negocio por subsistencia o por oportunidad.
En 2022, según Confecámaras se crearon más de 310.000 empresas en el país, de las cuales el 62,5% fueron liderados por mujeres. Sumado a esto, Global Entrepreneurship Research Association (GEM) afirmó que, en Latinoamérica, Colombia es el segundo país con más mujeres emprendedoras, por detrás de Guatemala, con un 26%.
Este panorama positivo contrasta con la permanencia y sostenibilidad en el tiempo de estos emprendimientos. En Colombia 75 de cada 100 empresas que se crean fracasan en tres años. Es decir, que solo el 25% sobreviven pasado este tiempo, y apenas el 1% logra ser exitosa. Esto según cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá.
Existen muchas variables que inciden en el cierre de estos negocios. Una de esas es la dificultad de acceso a financiación o capitalización, lo cual se acentúa en relación con la población históricamente excluida. En 2022, la Corporación Financiera Internacional reveló que el 73% de las Pymes en Latinoamérica lideradas por mujeres no obtienen recursos económicos para el crecimiento de su empresa, o están excluidas de las instituciones financieras.
Por su parte, un informe de Endeavor México y Glisco Partners, identificó que solo el 5% de las startups y scaleups en Latinoamérica fueron fundadas por mujeres. Además, solo el 2% de startups de tecnología lideradas por mujeres han logrado acceder a levantamiento de capital. Un comportamiento que no dista mucho en otros continentes.
En 2023, un estudio de TechCrunch evidenció que las startups fundadas por personas afrodescendientes en Estados Unidos recibieron menos del 0,5% de los 140.400 millones de dólares en financiación de riesgo que recibieron todas las empresas emergentes de este país.
En cuanto a lo que respecta al cruce de variables de género y etnia, no se evidencian estudios que permitan conocer con datos estadísticos exactos las brechas de acceso a financiamiento en Colombia por parte de mujeres afrodescendientes emprendedoras. Sin embargo, es evidente que, para las comunidades afrodescendientes e indígenas, es más complejo salir de los círculos de empobrecimiento; por tanto, esto también incide en su posibilidad para crear y sostener un emprendimiento.
Motivada por las dificultades que enfrentamos las comunidades étnicas y rurales para conectar nuestros productos con el mercado, lancé Lauty en 2021.
Esta plataforma digital, que hoy le apuesta a la omnicanalidad, funciona como puente entre los artesanos de estas comunidades y compradores que aprecian las joyas y accesorios hechos a mano. La misión principal de Lauty es fomentar el crecimiento de la economía artesanal y local, ofreciendo a los artesanos una alternativa viable para comercializar sus productos y obtener ingresos justos.
Según datos de Artesanías de Colombia y el Dane (2021), la mayoría de los artesanos no supera el microcomercio y sus ingresos por la venta de artesanías son inferiores al salario mínimo mensual. Lauty busca contribuir a cambiar esta realidad, brindándoles a los artesanos de este segmento acceso a un mercado más amplio.
No obstante, como mujer negra y emprendedora, hago un llamado para que se hagan estudios que permitan evidenciar las barreras de acceso a financiamiento y levantamiento de capital que enfrentan las comunidades históricamente excluidas, entre estas las mujeres afrodescendientes.
Como dijera Nelson Mandela “Al igual que la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural”.
Por tanto, el gobierno, sector empresarial y las comunidades están obligadas a unir esfuerzos con vehemencia, para diseñar y ejecutar políticas públicas interseccionales, que, por medio de la generación de mecanismos de acceso a oportunidades, permitan la creación de emprendimientos sostenibles, capaces de contribuir a erradicar las inequidades que han creado entornos empobrecidos.
Maily Yiseth González Ibargüen es comunicadora de la Universidad de Antioquia, Magíster en Marketing de la Universidad EAFIT. Asesora y consultora de comunicación, marketing y branding. Apasionada por el emprendimiento social, lo que la llevo a crear Lauty Joyas.
[1] Afrodescendientes y la Matriz de Desigualdad en Latinoamérica. retos para la inclusión. https://www.cepal.org/es/publicaciones/46870-afrodescendientes-la-matriz-la-desigualdad-social-america-latina-retos-la
[2] Oxfam Internacional (2023). El 1 % más rico acumula casi el doble de riqueza que el resto de la población mundial en los últimos dos años. Recuperado de https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/el-1-mas-rico-acumula-casi-el-doble-de-riqueza-que-el-resto-de-la-poblacion-mundial-en
*CEO de Lauty Joyas