La vulcanóloga Natalia Pardo explica que esta situación que tiene a la región en alerta naranja puede prolongarse en el tiempo. Nadie puede todavía dormir tranquilo
Eran una niña cuando la avalancha de Armero acabó con su pueblo y la separó de su familia. Desde ese momento quedó huérfana y las religiosas la adoptaron
El esfuerzo infatigable de Francisco González quien se ha propuesto encontrar a los 478 niños perdidos ese trágico noviembre de 1985 permitió que Jenifer y Ángela se abrazaran nuevamente