La comunicación en el mundo del lujo se enfoca en transmitir un mensaje aspiracional y no cotidiano, con un punto de arrogancia que marca la deseada distancia
¿Qué podría decir la espléndida sonrisa de un hombre, reo? ¿Acaso que había vencido otra vez? ¿Que estaba vivo y por tanto era un triunfador? ¿Era esto?
Costará acostumbrarnos a sonreír sin ser visto, a reconocer en la mirada una pizca de sonrisa, a desarrollar otro órgano extrasensorial que detecte cuando el otro esté sonriendo