Recorrimos Bogotá desde la última estación de Soacha hasta la calle 100 del Norte de la ciudad. Vivimos en carne propia subirnos a un Transmilenio atestado de gente
Desde la ausente planeación para preparar a las personas que trabajaban allí, hasta el uso de la fuerza desmedido para el desalojo mismo y otros abusos...
Habitantes del sector, además de tomar registros de cada una de estas afectaciones por las lluvias en sus casas, colegios y calles, se ven afectadas económicamente
Se vive en la ilusión que la ciudad progresa, mucho más si se piensa de cómo se da el salto de 500 mil habitantes en los años 50 a once millones de habitantes
Estas Marías no se conocen, creen que son diferentes, pero no lo son. Son madres que no están con sus hijos. No pueden. La vecina y la cámara no son familia
El uribismo ya no sabe qué más hacer. ¿Quedará tiempo suficiente a Uribe Turbay para desintoxicar la presencia nefasta de Uribe en su labor de volanteo?