El malestar no es producto de la pandemia, siempre estuvo en usted, esperando sigilosamente un detonante. ¿Acaso cree que distrayéndose podrá superarlo?
Convertimos al silencio en un tabú, en un misterio, en el infierno donde se condenan las almas. En esta cuarentena le abrí un campito y nos hemos divertido juntos