¡Qué grato este tiempo de refrigerio! Olvidemos confrontaciones políticas, resentimientos, mezquindades… Que la Alegría nos contagie y nada ni nadie nos la arrebate
Ante tanta sequedad política y espiritual vale la pena plantearnos cómo resucitar más acá del horror en un mundo con la consigna egoísta “Sálvese quien pueda”. Reflexión