Mi consentido, te reproché ciertas cosas y hoy que no estás me pregunto, ¿Cómo madre fui buena? Pero no sabré la respuesta, te la llevaste a tu descanso eterno
Como no soy el primero que escribe sobre mi madre, me inspiraré de algunos apartes del literato Pablo Emilio Obando, quien enfiló su pluma para rescatar su vida
En milésimas de segundo filtraste el balón por entre las piernas del arquero, pensando que era un arcoiris. Bodo Illgner vió cómo la pelota acariciaba la red...