A una hora de Cartagena no se conocen los límites. A pesar de la prostitución, drogas y cuerpos sin vida que se han encontrado, es el destino predilecto de turistas
“A mí no me da miedo del virus. De lo único que me da susto es de morirme. Levantó la mirada hacia el cielo, (...) él sabe lo que hago y por qué lo hago”.
Droga, delincuencia y soledad son palabras que se fusionan con el peligro. Viaje a la entrañas de los caños para rescatar jóvenes y adultos de la calle...
Juan Pablo Barrientos publica ‘Este es el cordero de dios’, sobre un joven que dice haber sido víctima de abuso sexual e inducido a la prostitución por 38 sacerdotes
Cuando el hambre toca las puertas de la casa, muchas mujeres se ven obligadas a vender su cuerpo buscando alimento para sus familiares. Este es el caso de Violeta