El próximo presidente de Colombia no será progresista, sino salido del otro bando y prevalecerá el péndulo que en las últimas décadas se ve en Latinoamérica
El progresismo constituye el mecanismo más idóneo para conducir el desmonte del neoliberalismo, el que por fortuna, ya está dando los últimos estertores
Todo parece indicar un retroceso importante de las fuerzas progresistas y un movimiento pendular no tan extremo como el que asoma sus orejas en Argentina con Milei
Nos venden la idea de que no debe haber cambio, que todo funciona divinamente y que aquel que pretenda un cambio es subversivo, que todo marcha a las mil maravillas
Todo lo que ha venido sucediendo en materia ecológica, no hace sino profundizar los objetivos políticos de la Alianza, fruto del Partido Verde y Progresistas
Hoy los medios se han decantado por lo ridículo, lo escandaloso; cualquier cosa es noticia y en medio de una lucha absurda, el amarillismo terminó de protagonista
El nacionalismo parece ser un punto común y bastante fuerte en las grandes potencias con Putin y Trump, en Colombia es al progresismo donde estamos alineándonos