El lunes 3 de octubre, —en mayoría o en minoría—-, debemos jurar solemnemente que estaremos listos para desactivar las cargas de odio, ignorancia, temor y egoísmo que desencadenaron esta tragedia
La paz no será posible si quienes van a construirla son los mismos con las mismas; el peligro es que los politiqueros profesionales terminen diseñando las instituciones posacuerdo