Bogotá todavía no se ha enterado de que la supremacía que tenía con el resto de colombianos, a los que llaman calentanos, se terminó hace doscientos años
El ídolo de Millonarios y dueño del Chicó hizo gala de su fanatismo por el presidente exigiéndoles a sus empleados, por encima de cualquier cosa, ser uribistas