Con los peores indicadores de seguridad en 20 años y candidatos sin carácter ni estrategia, ¿seguiremos en el círculo sin fin de violencia y criminalidad?
Lo que nos atormenta en Bogotá no una “percepción” errada de la inseguridad sino una oleada real de atracos, asaltos, homicidios de la delincuencia envalentonada