Reinstalar la discusión sobre las categorías de “ser y otredad” en el siglo XXI para la democracia y sociedad Colombiana se reflejaría en la verdadera inclusión
He sido testigo de cómo políticos, tecnócratas, líderes internacionales y hasta curas convirtieron al lenguaje en su víctima preferida. Por el patíbulo ya pasaron “otredad”, “disrupción", “resiliencia”. O “empatía”