Los hermanos de Garzón tienen todo el derecho a no compartir la puesta en escena, y los detractores de Timochenko a amargarle sus giras, pero en ambos casos hay tela por cortar
Si la izquierda quiere seguir contando con nuestros votos, debe ser la primera en hablar claro de nuestros países vecinos, de sus dirigentes de izquierda sucios y corruptos