.Publicidad. En nuestro último día en Medellín, en medio de la fiesta, y sin pena alguna, el pequeño Camilo se acercó y me pidió la cámara para tomar fotos por ahí. Se la colgué en el cuello y con paciencia deshice las musarañas tiernas en las que se habían convertido sus manos tratando de agarrarla […]