La pregunta es por qué estamos a punto de elegir a un candidato que se ha convertido en un fenómeno en las masas a punta redes sociales, sin debates ni plaza pública
El asesinato del entonces candidato presidencial Carlos Pizarro, exlíder del M-19, sucedido hace 32 años, nos recuerda el valor de las ideas en un país como Colombia
Es posible que muchos ciudadanos fervientes de este partido no reparen en que también fueron guerrilleros (algunos sin pena ni gloria, otros han sonado más)
El único que puede vencer esta oligarquía avarienta es Petro, y cualquier cosa pueden inventar. Denuncias, cárcel, mentiras. Incluso matarlo, como a Gaitán
Los candidatos que hablan del campo no conocen qué es un azadón, un machete o un canasto de recoger café, ni de fumigadoras, de sudor. No saben qué necesitan
Un buen periodista, antes de etiquetar a Petro como de izquierdas, se tomaría el no difícil trabajo de indagar en su biografía. Allí se daría cuenta de que no
No existe mejor táctica en la política que la sorpresa. Los contradictores del candidato están asombrados con su capacidad de armar espectáculos imponentes