La ley de bancadas convirtió a los congresistas en apéndices de los partidos. Sus dirigentes mandan así no hayan contado con la bendición del electorado. ¡Vergüenza!
El Acuerdo no debería ser sobre mecánicas para que ‘todo cambie sin que nada cambie’ sino sobre reglas de juego basadas en unos principios. ¿Cómo será el Congreso?