En las vacunas, como en la pandemia, el gobierno ha sido errático e indolente, no se conocen los contratos firmados con las farmacéuticas, ni las cláusulas, y hay indicios de sobrecostos.
La recientemente nombrada teoría de la conspiración es una locura que es parte de la estrategia de todas las formas de lucha, pero no de la izquierda, sino la derecha