Las cuentas no le salen a Macías, un bachiller avezado en marrullerías en la presidencia del Senado, y mucho menos a Duque que intentó con buena intención gobernar sin mermelada
Objetar la JEP es objetar la Paz. Estamos ´ad portas´ de un retroceso que nos va a encerrar más en la moral gamonal y mezquina de «el que la hace la paga».