Amanecimos con una convocatoria camuflada para que marchemos todos a la quiebra económica de la nación mientras el obeso mandatario le reza a la de Chiquinquirá
El alza de la canasta familiar, de la gasolina, de la tributación de las rentas de trabajo nos pone ante el gran raponazo para las clases medias, los vulnerables y pobres
No son buenos los tiempos que corren, ni los que nos aguardan, de no haber cambio de rumbo. El remedio del Gobierno, amenaza ser peor que la enfermedad
La mejor reforma tributaria, ahora que se vienen con otra, sería la reforma de la decencia que clavara a los culpables de siempre, dueños de grupos económicos y megaempresas que eluden impuestos, pagan coimas…
La empobrecida clase media soporta una precariedad que no le preocupa a nadie y menos al gobierno, que le prepara aumento del IVA y ampliación de base para declarar renta
"Quién sabe si la magnitud de los daños en nuestras economías sean reparables si persisten los modelos que nos llevaron a ser impotentes en épocas normales"