Hemos sido, somos y seguiremos siendo un país de vengadores, por eso a muy pocos les espanta el bazar de venganzas del Oriente Medio durante las últimas semanas
El salvaje ataque de Hamás y la brutal reacción israelí labran la macabra validación del terrorismo, por un lado, y la derrota moral del Estado de Israel, por otro
Volver víctimas a los niños por la incapacidad de unos mayores de ponerse de acuerdo sobre un pedazo de tierra, es una lapa muy bellaca para nuestra generación
Si la violencia la practica Israel “en el futuro”, está bien porque está librando una guerra, pero no si la practica Hamás porque lo suyo no es guerra, es terrorismo