Sin enfrentar un escenario desprovisto de legisladores propios como Castillo en Perú, Rodrigo Chaves tiene pocos. Su favorabilidad es baja y lo acusan de acoso
Imagínense el poder absurdo y malévolo que puede tener un equipo de extorsionistas conformado por el máximo encargado de la lucha contra la corrupción en la Fiscalía y un abogado defensor