En Colombia se enrarece la lucha popular y la paz, la derecha extrema mudó su rostro, y hace carrera que los acuerdos de La Habana firmados por Santos no obligan a Duque
Parece que hemos regresado a algún enero entre 2002 y 2010. ¿Tendrá el presidente la habilidad necesaria para capitalizar este hecho políticamente como lo haría su jefe?
La miopía política de sus dirigentes no les permite entender el alcance de sus actos, que más que posicionarlos o abrirles la puerta a una negociación, generan lo contrario