La ultraderecha apunta a destruir los Acuerdos de La Habana, porque le parecen peligrosos para sus intereses; lo más racional políticamente es luchar por su implementación plena
Los protocolos son garantía para las partes en un proceso donde los actores son legítimos, no se pueden convertir en blindaje para terroristas que atentan contra estudiantes
No puede haber mayor imbecilidad, mayor equivocación, que reiniciar conversaciones con los elenos antes de exigirles el cese inmediato de toda actividad criminal, incluyendo el narcotráfico
¿Puede una nación como Colombia acorralar a una fuerza irregular que tiene santuario, pertrechos, protección y abrigo en un país vecino como Venezuela?
En Colombia se enrarece la lucha popular y la paz, la derecha extrema mudó su rostro, y hace carrera que los acuerdos de La Habana firmados por Santos no obligan a Duque