Paradójicamente, a esta altura del partido su peor enemigo no sea el uribismo agonizante, sino ese montón de petristas con el trillado "mediocre" y "aprenda a leer"
Los colombianos cansados e impotentes esperamos la boa gigantesca que ávidamente devore tamaño elefante de la corrupción con la ayuda de un zar anticorrupción