No solo son los favoritos del Señor sino los sex symbol de la música cristiana. Aparte de ganar almas para Dios, han cosechado miles de fanáticas alrededor del mundo
"Perdieron el rumbo al pensar que imponiendo la fe cristiana van a lograr ‘hacer discípulos’ de Jesucristo, eliminar el homosexualismo o acabar con el aborto"