En medio de la crisis desatada por la pandemia, las autoridades locales han quedado relegadas y han tenido que ceñirse a las directrices presidenciales. ¿Es esto bueno?
"El virus desnudó las grietas y obligó al gobierno a nombrar a los pobres, a darles al fin su merecida existencia y a, por lo menos, apaciguarles el hambre un día"