Es imperante la necesidad de silencio en un mundo plagado de barullo, voces disonantes mezcladas en un caótico tumulto que hace demasiado ruido y no dice nada
Desincentivar ese ruido devolvería poco a poco la tranquilidad perdida a la ciudadanía, y para el Gobierno (la Dian) sería una buena fuente adicional de ingresos
El ruido es un completo caos urbano que afecta a barrios enteros y a residentes, desplazados por la degradación que provoca la toma de andenes y espacios públicos
Cada vez hay más hechizas, sobre todo de domiciliarios, en las que a un marco de bicicleta se ha incorporado un motor de quinta que es un estruendo andante