Entretenidos en las amargas peripecias del vecino, al que le organizan Constituyente para inyectarle marxismo leninismo, no hemos notado que nos aplicaron la receta, sin que muchos lo notaran
La Corte jamás consideró -y era deber hacerlo- que esa reforma constitucional para la paz flexibilizaba, debilitaba tanto la Constitución, que la vulgarizó y la despojó de toda reverencia normativa
Los Acuerdos de La Habana se incrustan en nuestra Carta, por siempre y para siempre. ¡Qué nadie se atreva a tocarlos! Juanpa se ha metido a jugar con candela