Quiso ser cura y de la mano del jesuita Javier Giraldo, dio duras batallas que le significaron el exilio y sabe dialogar con los más duros en las cárceles
“‘Los mafiosos son los sirvientes de una sociedad hipócrita como la colombiana’ me decía el capo en la cárcel, antes de su extradición”, recuerda Yezid Arteta