Sé por el vivir de las ciudades que lloran sus heridas, que soportan precariedad y contingencia, de urbes de la furia que se levantan para decir basta de atropellos
El destino de las ciudades pende de la nuestra capacidad de retomar una dimensión extendida de la existencia compartida y las múltiples formas de estar en el mundo
Entre transición energética, transformaciones productivas y políticas de fondo, el país exige un urbanismo que lea las condiciones de socialización de 40 millones
El gran desafío es rectificar tendencias históricas y recuperar la integración desde las regiones en procesos de convergencia que afronten la dura realidad