El argentino, ya ciego, le pedía a su madre que le leyera sus libros favoritos entre los que se contaba La Vorágine. Odiaba a Vargas Vila y, sobre todo, a Gabo
Tras Filbo, algo de la historia de la literatura que es el común denominador de los días cotidianos. Aquí una joya: el texto de Tomás Eloy Martínez sobre el comienzo de Gabo
Gabo vivió los últimos 30 años en México. Tuvo que salir a las carreras cuando Julio César Turbay expidió el Estatuto de Seguridad, con el que se vio amenazado.