En pleno corazón de la capital hay un local que es la respuesta a todos los que buscan que vuelva a funcionar, a precio de huevo, las cosas que ya no sirven
Eran otros tiempos en los que en el centro existían unas casetas que vendían discos de todo el metal que uno se podía imaginar y eran importados de contrabando
El lugar era viejo, clandestino y acabado. Una suerte de hueco rebosado, una atmósfera olorosa y complicada, peligrosa. Y aún así, atractiva, incluso adictiva