.Publicidad. La salida siempre fue desesperada, en las noches, en la madrugada, en medio de los gritos, las balas, la confusión; niños llorando, mujeres desconsoladas, hombres amedrentados. Se apagaron los radios, se instaló el silencio. Con el miedo acuestas abandonaron sus parcelas en Ovejas, Chengué, Zambrano, veredas regadas en los Montes de Maria, en las […]