Nos movemos sobre una inexpugnable alambrada de mentiras convencionales que muestran todo perfecto, cuando lo que está faltando son unos pantalones bien puestos
Andamos de bruces en un proceso de pauperización que no podemos encubrir, con el que le estamos sirviendo el plato al comunismo. Y Álvaro Uribe en la cárcel, para acallar su voz