Para demostrar su poder, mandó a matar a cien policías en Sao Pablo. Tiene una pena de 200 años de prisión, pero desde su celda todavía maneja la estructura criminal más grande del país
El estado de las mega sedes reflejan la crisis política del Brasil: la presidente que los construyó destituida y su reemplazo Michel Temer tambalendando
"El expresidente de Brasil ya no simboliza las aspiraciones de desarrollo, democracia y justicia que en 2002 representó para millones de latinoamericanos"