Les molesta la felicidad, la capacidad para vivir sabroso, la desconfianza a la burocracia y su capacidad de trabajo. Porque, para vagos, nadie como los bogotanos
"La popularidad de hoy puede ser la condena del mañana sino se logra amalgamar la delgada línea de gobernar en tiempos de crisis sin caer en el tenebroso populismo"