La Casa de Nariño hizo sus cálculos y vio en la detención de la exsenadora un riesgo inminente a su gobernabilidad, porque amenazaría la prevista alianza estratégica con Cambio Radical
Sin esperar a que Merlano lo exculpe, sería un suicidio para la democracia colombiana ver a la cabeza de su Congreso alguien involucrado en uno de los mayores escándalos políticos