Aníbal Martínez fue contralor de López Michelsen y Turbay, aunque terminó condenado por corrupción nunca dejó de soñar con ser presidente. Su nieto sigue sus pasos
Desde el Ubérrimo, el expresidente premia la fidelidad y condena la deslealtad: entre más débil y dependiente sea el funcionario, más seguro tiene su ascenso