Un campesino Argiro Castaño lucha todos los días en Twitter por convencer a las redes que él es el colombiano que quiere uribe. Los de izquierda lo detestan.
Una perspectiva a propósito de la indagatoria preliminar que abrió la Corte Suprema contra el senador por los presuntos perfilamientos ilegales hechos por el Ejército