Insólito en lo político, en lo económico, en lo político- jurídico. En el país de lo insólito todo es posible, ¿qué tal un vicepresidente promoviendo manifestaciones contra un proyecto del gobierno?
Prefiero a las Farc micrófono en mano, esforzándose en convencer, que dilinquiendo. Por más exasperación que causen, es un precio ínfimo por lograr que la política se divorcie de la violencia