En Cúcuta están indignados porque Alejandra Omaña, su muchacha más odiada, ha decidido incursionar en el porno, seguirá escribiendo su novela, se rapó y se cambió el nombre
Relato en primera persona de la experiencia de la cucuteña un fin de semana en el Hotel Benjamín de Taganga donde el acceso está casi prohibido para colombianos