Los amores pueden ser contrariados o tímidos; inocentes o culpables; extravagantes o predecibles. Pero jamás podrían calificarse como correctos (y muchos menos incorrectos)
Detrás de esta eufórica felicitación hay una dura lucha por el derecho a llevar una vida abiertamente homosexual que aún escandaliza y despierta rechazo