El reconocido periodista Marino Millán incursiona en el mundo de la escritura y llega con Pasiones condenadas, un libro de gran alcance que nos permite incursionar en un género que ha logrado sobrevivir al paso de las décadas, la novela negra, y que esta oportunidad se fusiona con el erotismo.
Para tener en cuenta
1. Hace rato que no tenía oportunidad de meterme por los vericuetos, pasadizos y túneles propios de la llamada "Novela negra", también conocida como "Hard-Boiled", por los más ilustrados, la misma que tuvo su gloria por allá en los 50 y parte de los 60 y que nunca ha desaparecido, pues de ella se siguen nutriendo revistas, periódicos y editoriales, además de la televisión, con series como La ley y el orden, del inagotable Dick Wolf, quien también tiene una serie de libros que rinden homenaje a este género, del cual también bebió y cautivo Edgar Alan Poe... Pues bien, me volví a meter en este género gracias al periodista y escritor Marino Millán, ampliamente reconocido en Cali y otras regiones de Colombia por su quehacer periodístico en radio, prensa y televisión.
2. Y volví a zambullir en la novela negra a través de Pasiones condenadas, que tal como lo subtitula su autor reúne "tres vidas diferentes unidas por el dolor y la muerte". En este libro Marino Millán logra una interesante fusión de suspense, intriga y crimen con erotismo manejado con altura, sin caer en lo escabroso y vulgar. Igualmente, Millán se aleja del pastiche y logra un estilo bien definido, donde nada está predicho y las sorpresas pueden saltar en cualquier momento. Por ejemplo, sus finales son prenda de garantía innovadora. En este caso es recomendable leer con mucho detenimiento, porque momentos y hechos registrados páginas anteriores permitirán reconstruir y comprender el desenlace.
3. Marino Millán, aunque advierte que "todos los hechos y personajes en cada una de mis historias, han cobrado vida en mi imaginación. Si alguien se siente representado o identificado con alguno de ellos es mera casualidad", hay momentos en los que llegan a la memoria hechos y pasajes vividos en la vida social, política y criminal de Cali, la ciudad que lo ha visto transitar por sus calles cargadas de leyendas y personajes dignos de narrativas urbanas y citadinas. Sin olvidar el aroma a árboles de camia y las secuelas de la cultura del narcotráfico, como tampoco todo aquello del "Caliwood". En varios pasajes y en las historias contenidas en el libro por momentos me sentí transportado a hechos sucedidos en el Valle del Cauca y en especial en su capital, la amada Cali.
4. Tal como se expresa en el título son tres historias que conforman Pasiones condenadas, a saber: Isaura, Oneida y el Asesino gótico, que bien se pudo haber titulado Sabina para no romper la trilogía de nombres de mujeres, cuyos personajes son delineados con tanta filigrina que parece que el autor las hubiese conocido. Es la oportunidad para destacar la minuciosidad en la construcción de cada uno de los personajes, incluyendo los secundarios y hasta los "extras", ninguno es dejado al azar y mucho menos sus situaciones, apariciones y papel en la trama. Es allí donde se nota más el aporte del periodista, del cronista que no pierde detalle, del entrevistador que no deja escapar los estados de ánimo, del reportero que piensa que nada sobra en el reportaje.
5. Y hablando del periodista, si yo hubiese hecho parte de su sanedrín de consejeros o amistades que degustaron el libro en su borrador me hubiera atrevido a aconsejarle no enfatizar sobre conclusiones que el lector puede ir construyendo a partir de lo brindado. Por ejemplo, en el caso de "Oneida" no debió escribirnos varias veces que estábamos ante un "pervertido...", pues su relato es tan convincente que no enteramos de que estamos ante una bestia humana... En estos detalles el periodista le puede al escritor... Pero no olvidemos que "hay distintos modos de ver", de acuerdo con él, hace poco desaparecido Jesús Martín Barbero, gurú y maestro de las comunicaciones, la semiótica y la lingüística.
6. Sin duda que haberme sumergido en este libro lleno de suspense, de fines inesperados y personajes muy bien construidos y tramas que obligan a resolver los nudos, ha sido una experiencia muy grata para decir que la novela negra sigue viva y en fusión con el erotismo bien tratado y abordado en momentos exactos y sin empalagar. Marino Millán conquista en esta otra faceta, la de escritor de la cotidianidad así piense y advierta que sus personajes "solo han cobrado vida en su imaginación"...
7. Al final, las 286 páginas que conforman Pasiones condenadas pasan con una rapidez que nos sorprende, porque siempre, en los tres relatos, surge el deseo de conocer el desenlace, el final, tan buscado y que termina por sorprendernos, pues no es facilista. Hay una apuesta hacia la llamada obra abierta, donde el fin y el mensaje contundente terminan por ser impredecibles.