Se armó la grande contra Susana Gómez Castaño (conocida como Susana Boreal), representante a la Cámara por Antioquia, porque se atrevió a decir que la legislación sobre la marihuana está atrasada respecto a la realidad social, pues ella —afirmó— consume regularmente la maracachafa.
Lo que la representante dijo fue: “A mí me parece muy chévere ver que en el Congreso esta esa pancarta gigante que dice cannabis, porque es algo que rompe con toda la ideología y la moral que tenemos en este país que es precisamente la que criminaliza y estigmatiza el consumo. Entonces, por un lado, todos los beneficios económicos y de salud que esto podría traer, pero también reivindicó el derecho al ocio y al disfrute, yo soy consumidora bastante regular, de hecho, todos los días” .
No más decir esto empezó la tormenta de dimes y diretes, y desde las redes sociales los moralistas de siempre le lanzaron un arsenal de insultos: drogadicta, marihuanera, sopladora, y otras diatribas sacadas de las repletas bodegas del odio y la sinrazón que guardan muchos para exhibir en ocasiones como esta.
Como buena directora musical, la Boreal le puso “ritmo” a ese aburridor recinto de los padres y madres de la patria que es tan tedioso, que a pesar de los sueldos escandalosos que devengan, se quedan dormidos durante los interminables y en ocasiones nada productivos debates que realizan.
Pero es que la “bareta” ha estado presente y ha sido aspirada por distinguidos políticos de la nación. No olvidemos que nuestro ex presidente y nobel de paz Juan Manuel Santos alguna vez confesó que como estudiante en Estados Unidos, se fumó algunos “cachos” y miren ustedes hasta donde llegó.
El señor Enrique Peñalosa exalcade de Bogotá, tampoco se quedó atrás dijo que alguna vez también había probado la yerba y vean como quedó. Hasta el liso Sergio Fajardo, que lo mismo dice una cosa que la otra, contó que la “probó” alguna vez y ahí está. También, según decires, Pachito Santos hizo sahumerios con la matica y no olvidemos que el queridísimo Carlos Ossa Escobar, fue detenido y “boleatiado” en el Aeropuerto de Bogotá portando unos cuantos “moños” y no precisamente para adornar regalos.
No olvidemos tampoco que alguna vez el señor Edgar Artunduaga (Q. E. P. D.) dijo que en el Congreso Colombiano se vendía drogas y que algunos de sus pares eran consumidores de esos productos”
Y es tan querida la yerba santa —como algunos la llaman— que de cariño le tienen varios nombres: grifa; porro; marimba; maracachafa; sahumerio; yerba santa; bareto; cacho; novia etc etc. También a la fumada se le tienen nombres: dar un calo; plonazo; agarrar el avión; vacilón; jalón y otros etcéteras.
Pero las cifras dan cuenta del afecto por la planta, y si las caderas de Shakira no mienten, para los estudiosos las cifras de consumo tampoco: “En 2014, la ONU estimó que cerca del 3 % de la población mundial adulta consume marihuana anualmente. Naciones Unidas calculó que, para 2014, entre 127 000 000 (ciento veintisiete millones) y 233 000 000 (doscientos treinta y tres millones) de personas podrían haber consumido esta sustancia, mientras que sus mejores estimaciones apuntan a una media de unos 182 000 000 (ciento ochenta y dos millones) de consumidores. A pesar de la situación de ilegalidad, su uso está muy extendido en algunos países; por ejemplo, en Estados Unidos (en el año 2016), el 51 % de la población la había consumido en algún momento de su vida, un 12 % en el último año, y un 7,3 % en el último mes”; y eso que estas cifras son viejitas.
La marihuana ha acompañado al hombre desde milenios atrás: le ha servido para acercarse a los dioses, como medicina, como pasatiempo, como inspiración; para hacer telas y otros cientos de productos que con esta planta se pueden elaborar.
Yo hasta estaría de acuerdo con que muchos otros congresistas se sumen a Susana Boreal o “salgan del closet Psícoactivo” respecto al consumo de la yerba santa pues a lo mejor los debates serían más amenos porque aseguran que la bareta dizque “produce risa” y es lo que nos está haciendo falta a los colombianos: tener de que reírnos pues la situación en la que hoy andamos nos mantiene al borde del llanto.
Y preguntan si la Representante Boreal, puede cumplir sus funciones a cabalidad luego de algunos pitazos de la yerba. Pues si ha podido hacer música y defenderse de tanto hostigador luego de sus declaraciones, puede legislar a favor del país sin ningún impedimento. No olvidemos que hay fumadores en todas las áreas de la sociedad que ejercen con dignidad y eficiencia sus funciones.
No me quedo con las ganas de compartir un fragmento del poema Hierba de yerbas del poeta Ricardo León Peña Villa, ya fallecido.
La yerba es un secreto a voces con sus dones que abre caminos,
un regalo de Dios, de la tierra misma,
la bendición para tantos por hambre ansiada en la pena
última del SIDA, muerte cercana, por dolor de alma sin
comprensión, porque la lejanía a veces no tiene razón y
la memoria necesita volver para abrazarnos. Mil puertas,
la risa a solas, el espíritu encontrado en el humo ritual.
Público y confeso, recomiendo amar la tierra desde su
piel misma, para entender a la humanidad y darle risa,
esa esencia de vivir misteriosamente escondida
por los dictadores de lo social.
Celebro a quien ha conocido los caminos,
a quienes a lo pájaro de fumador
saben de la dulzura del humo sin responsabilidad propia.
Queda recomendada y eso es todo
no es una droga, no la hizo el hombre
es de la tierra, como el tomate o la cebolla.