Una de las peores pesadillas se hizo realidad. Ayer en Itaguí, localidad que forma parte de la zona metropolitana de Medellín, un joven llamado Esteban Sánchez Brant fue asesinado por sus mejores amigos después de dejar caer una garrafa de aguardiente al piso. Los muchachos reaccionaron con violencia inusitada después de ver como se hacía añicos la botella.
Lo cogieron a golpes en el sector de Calatrava, a 30 minutos de la capital antioqueña. Eran cinco los que lo emprendieron a golpes, cuando llegó la policía ya se había consumado la tragedia. Era una fiesta que abría las celebraciones de Navidad pero todo terminó en tragedia.