La ocasional indisciplina de los deportistas empieza a hacer carrera en los medios y a crear una imagen bastante destructiva para el futuro de nuestras jóvenes promesas.
De ahora en adelante, los grandes manejadores del deporte mundial, llámense apoderados, entrenadores, directores técnicos o dueños de equipos, antes de firmar un contrato mirarán el pasaporte del aspirante.
Los casos de Supermán López y James Rodríguez no son aislados y se han presentado recurrentemente en diferentes ramas del deporte. En el fútbol recordemos al Tino Asprilla, así como los escándalos de otros futbolistas con prostitutas en Boca Juniors, River Plate en Argentina o el América de México.
El objetivo de este artículo no es satanizar a los famosos involucrados, pero sí llamar la atención sobre las causas remotas de estos comportamientos, que se reducen a tres situaciones específicas:
La presión psicológica
Los clubes deportivos son un negocio y sus accionistas exigen dividendos a la Junta Directiva, esta a su vez pide resultados al gerente del equipo, quien de paso traslada la exigencia al entrenador, el cual descarga su frustración contra los miembros de equipo. La regla a seguir es muy simple: si no hay resultados se acaba el contrato. Esta ley invisible que nadie ha escrito es aplicable a todos los deportes y no hay salvación. Inclusive en los países comunistas, donde el éxito deportivo es un tema de prestigio político.
La fama y riqueza repentinas
Estos dos ingredientes son los ambientes apropiados para dar lugar al nacimiento de los “niños malcriados” del deporte. Estos personajes están siempre en conflicto con el entrenador y es casi imposible formar con ellos un equipo armónico. La frase famosa de Los Tres Mosqueteros, de Alexandre Dumas, “uno para todos y todos para uno”, nunca es posible aplicarla al niño malcriado, pues este sabe que él es el mejor y solito se encarama en el pedestal de su auto fama. Y de allí no lo bajará nadie.
Matrimonios con modelos
Los famosos tienden a casarse con famosas, esto es una trampa mortal y la delicia para los periodistas de farándula, quienes descubren en ellos una fuente inagotable de chismes. Abundan los matrimonios de tres meses que aseguran el bienestar económico de la famosa por el resto de su vida; y desconcentra de tal manera al deportista que su rendimiento se viene la piso.
Juventud, falta de valores y educación
Estas tres situaciones llegan a un cerebro joven de 23 o 24 años y ocasionan la adicción mas adictiva de todos: la fama.
Y aquí es donde sus cerebritos empiezan a hacer estragos, como comprar aviones con su nombre sobre sus lomos y las alerones; la colección de autos último modelo, las supermansiones en Miami o una isla solitaria del Caribe; volverse comentarista radiales y, finalmente, la contratación de una agencia de publicidad para el manejo de su imagen.
Llegados a este punto, se empiezan a dilapidar las fortunas adquiridas con tanto sacrificio, y con el paso de los años, el niño mimado queda convertido en un anciano encorvado que ya nadie recuerda, en alguien que solo vive de su pasado glorioso.